Entidades desalmadas

Entre las entidades desalmadas están las siguientes: Formas mentales, velos, telarañas, parásitos astrales, cordones umbilicales y sombras. Estas entidades no tienen alma, pero cuando se meten en el cuerpo de alguien pueden ser igual de peligrosas y destructivas que las entidades demoníacas. Algo que les permite pegarse al aura son los pensamientos negativos como el miedo, la ira, etc, o si se está abierto psíquicamente. También ocurre cuando hay un plan kármico de vivir con una entidad así, para hacerse paciente y crecer. Las formas mentales, los velos y los parásitos también se pueden enviar con magia negra.

Nika, de 21 años, tenía pesadillas desde hacía 2 años y le daba miedo dormir. Tenía que tomar pastillas para poder dormir. También le pasaban cosas raras, como mirarse en el espejo y ver a otra persona. En la sesión de canalizamiento, nuestro guía extrajo la forma mental que causaba esos miedos y pesadillas, la metió dentro de mi colaborador, la limpió con luz divina y la mandó a la Luz. Dijo que Nika había tenido una vida pasada muy traumática. Los fragmentos de alma que perdió en aquella vida causaban miedo y ese miedo atrajo la forma mental. Era una persona espiritualmente abierta, sobre todo por la noche. El guía le sugirió sahumar su dormitorio, colgar una imagen de San Miguel  por encima de la cama y cambiar un poco la decoración de la casa para hacerla más alegre y acogedora. La imagen que Nika veía en el espejo era la forma mental. Esos entes pueden tomar la forma de una persona o de un monstruo. El guía colocó un escudo protector a su alrededor y le dijo el nombre de su guía espiritual. Cada vez que sentiría miedo, podría llamarlo para sentirse más segura.

Ifigenia, de 33 años, también estaba muy abierta psíquicamente, era clarividente y clariaudiente. Muchas veces oía insultos y veía caras de monstruos. Hicimos tres sesiones de canalizamiento. Tenía un ente de una vida pasada, una forma mental y el alma de su hijo abortado. La forma mental fue la última que sacamos. Era tan peligrosa que el guía nos envió a las dos a otra habitación para despejarla. Después de esa liberación, Ifigenia se sintió cada vez más fuerte y tomó las riendas de su vida. Consiguió divorciarse de un marido que nunca había amado y disfrutó de su nueva libertad. Siguió viendo formas mentales y oyendo tacos, pero ya no tenía miedo y no podían afectarla. Sus dones psíquicos se desarrollarían con el tiempo, según el guía.

Savas, de 46 años, nos consultó acerca de su mujer, que era muy agresiva con él, se emborrachaba y le armaba broncas. En el canalizamiento, el guía dijo que ella era un alma muy abierta y de nivel 1. Le había dado cáncer de mama y su miedo atrajo esa forma mental. La llevamos a la Luz, pero si no se le quitaba el miedo de volver a tener cáncer, atraería otra forma mental. El guía aconsejó a Savas que tratara de explicarle el impacto del miedo en su salud mental y física.

Rita, de 56 años, tenía un ente de una vida pasada, una forma mental y mucha pérdida de alma. Había sufrido depresión y ataques de pánico durante muchos años y estaba también muy abierta. Primero llevamos a la entidad kármica a la Luz. En la segunda sesión eliminamos la forma mental y le devolvimos los fragmentos del alma. Los ataques de pánico los causaban otras entidades que no eran suyas y era para equilibrar su karma. En este caso el progreso fue muy lento.

Stine, de 18 años, tenía muchas fobias, depresión, mala memoria y ataques de pánico. Estaba muy preocupada sobre su vida y el futuro. Tenía una forma mental y una gran pérdida de alma. Había sufrido mucho en sus vidas pasadas. Estaban llenas de dolor por haber perdido seres queridos y así perdió también muchos fragmentos del alma. En esta vida, los fragmentos que faltaban la confundían. No podía sincronizar sus habilidades mentales y psíquicas con su cuerpo. Eso creó una especie de telaraña que la cubría por completo y le causaba esas fobias extremas y los ataques de pánico. El guía eliminó la telaraña y la limpió de su efecto destructivo. La recolección de fragmentos del alma llevó meses. Stine sintió un ligero alivio, pero no tuvo la paciencia necesaria para terminar el proceso. Consultó a una videnta oscura que la puso en contra de nosotros e interrumpió la terapia.

Teodoro, de 51 años, sufría de amnesia, era pasivo y no tenía un objetivo en la vida. Estaba deprimido y tomaba antidepresivos. También sentía ira y una presencia en el cuello desde hacía años. Una videnta le aconsejó colocar agua bendita en lugares altos de la casa. Lo hizo y cada vez que pasaba por debajo sentía algo como una corriente eléctrica en el cuello. Había ido a algunos sacerdotes y conventos para curarse, pero no cambió nada. Tenía una entidad. Seguí el proceso usual de liberación en el canalizamiento con mi colaborador, pero esta vez no funcionó. El guía al principio no vio qué era exactamente, pero al final sí. Era un parásito astral que tenía la forma de un enorme pulpo. Sus tentáculos se habían metido en los hombros de Teodoro. No se movía, hasta que Teodoro recibió instrucciones de ordenar que el mal lo dejara. Entonces el guía pudo enviar al parásito a la Luz. Sin embargo, Teodoro no sintió alivio. Seguía sintiendo la entidad sobre los hombros. El guía fue limpiando a Teodoro durante unas semanas, mas Teodoro no mejoró. Quiso tener otra sesión, pero le dijimos que la entidad se había ido. Hablamos un par de veces más y luego dejó de llamar. Le pregunté al guía qué había pasado y me dijo que Teodoro tenía un daño cerebral que atraía nuevas entidades, a pesar de la protección que le dieron los guías ayudantes. Su enfermedad mental era congénita,  o sea kármica. Era la misión de su alma pasar una larga temporada sin curarse. Sin embargo, no debía decírselo si volvía a llamar. Parece que algunas personas han de vivir una vida de frustración para crecer y aprender las lecciones que necesitan.

Muchos años después, tuve dos clientes más con un parásito astral parecido, un pulpo astral. Mi guía me dijo que lo más probable era que dicho pulpo no saliera hasta que el Armagedón no terminase, pues la Luz no tenía el derecho de intervenir directamente en el campo físico-biológico. Ese parásito estaba en su cuerpo biológico, lo cual seguramente era también el caso de Teodoro. Sin embargo, no era visible en la ecografía que el uno se hizo. Los síntomas que tenían eran varios tipos de malestares. Habían tenido ambos una vida pasada de brujos en la que metían parásitos astrales en las personas que sus clientes les pedían embrujar. O sea que también estos casos eran kármicos. Pero a pesar de haber roto el acuerdo, no cambió nada, siguieron teniendo los mismos síntomas, aunque más levemente. Después de la limpieza kármica, probaron otros métodos que eran oscuros  y empeoraron. Volvieron a contactarme, les dije que rompieran los nuevos acuerdos y se sacaran los implantes de esas terapias y volvieron a mejorar. Se hicieron la recuperación del alma y ahora se sienten mejor, aunque el pulpo los sigue atacando a ratos. Los guías sí que han sacado parte del parásito del uno.

Ana, de 43 años, me llamó en estado de pánico, pues llevaba una semana oyendo voces. Eran de un cura que conocía y con el que hablaba todos los días. Él (la voz) le decía que la amaba y que la volvería loca. Las oía día y noche, incluso cuando él daba misa. Le dije que tal vez fuera una entidad que venía de él. Dijo que el cura parecía atraído por ella y así su entidad tenía seguramente el derecho de acosarla. Se lo pregunté al guía y me confirmó que era una entidad. Ana quería librarse cuanto antes y programó una sesión de canalizamiento para el día siguiente. Quería venir ese mismo día, pero teníamos trabajo. Resulta que Ana nos dio un plantón. La llamé y estaba en casa. Su excusa fue que la entidad todavía estaba allí pero que ya no la molestaba. Me pareció increíble que no se le ocurriera llamar y cancelar la cita... Pregunté al guía sobre Ana y me dijo que esa mujer tenía síntomas iniciales de esquizofrenia. El cura no tenía ninguna entidad, ni sentía atracción por ella. Las voces eran de un ente que había atraído ella debido a su enfermedad mental. Incluso si hubiera tenido una liberación espiritual con nosotros, desarrollaría más adelante esquizofrenia, pero sería más leve. Evidentemente, nada le impediría atraer una nueva entidad. Desafortunadamente, en estos casos esto no se puede evitar. El consejo del guía fue negarse a tratarla si cambiaba de opinión. Ana también había elegido esta enfermedad en el plan de su alma.

Evy, de 42 años, tenía problemas existenciales, alergias, hipersensibilidad al calor y depresión, entre otras cosas. En el canalizamiento, el guía espiritual vio un velo oscuro sobre ella. Desde que era niña, casi todos en su familia hacían ataduras, o ellos mismos, o se las pedían a los brujos. Toda esa energía negativa había formado un velo que atraía ataques. Además, había causado fragmentación y pérdida del alma, casi el 100%. El guía metió el velo en el cuerpo de mi colaborador y él se puso a gemir. Evy y yo le sujetamos los brazos para que se quedara quieto hasta que la entidad repitiera la Renunciación de la oscuridad. Después, se limpió y se fue a la Luz. Aunque era una entidad desalmada, la ruptura de los vínculos con la oscuridad funcionó. Evy se sintió aliviada, pero la verdadera curación ocurriría cuando recuperara el alma.

Bessy, de 40 años, sabía que su suegra le había hecho brujería. Nunca se llevaron bien porque la suegra tenía envidia de Bessy por ser joven y guapa. Durante el primer año de su matrimonio, la suegra le había regalado unas viejas prendas suyas. Desde aquel día Bessy tuvo mala suerte, discusiones con su marido y mucho estrés. Acudió a un brujo que le dijo que tirara la ropa, porque estaba embrujada y le dio un amuleto. Lo hizo, pero la mala suerte y las peleas no cesaron. Tenía imágenes de santos en casa e iba a monasterios y curas. Sentía cierto alivio de eso. Cuando murió la suegra, Bessy pensó que todo mejoraría. Por el contrario, le fue peor. Su marido maldecía mucho y se separaron. Cuando nos contactó, quería librarse de él y de la brujería. El guía le dijo que tenía que perdonar a la suegra. Su espíritu la estaba rondando. Con cierta reticencia, Bessy la perdonó. En la sesión, el guía vio que Bessy estaba envuelta en una red, formada por la brujería y la energía negativa de la suegra. Tan pronto como Bessy le dijo que la perdonaba, la mujer dijo que lo sentía mucho y se fue a la Luz. Nuestro guía limpió la red y a Bessy. Se le aconsejó que quemara el amuleto. Me llamó un mes después para decirme que estaba mucho mejor. En cuanto a su ex marido, él también estaba bien, nos dijo. Él no estuvo nunca tan afectado como ella.

Helena, de 49 años, había tenido un montón de enfermedades y accidentes y estaba deprimida. Tuvo dos sesiones de hipnosis en la que le saqué 3 entidades (de brujería en su contra) y ayudamos a sus familiares difuntos a ir a la Luz. También rompimos una maldición que tenía la familia de su difunto marido. Se sintió mejor, pero aún tenía problemas. Volvió 6 meses después para una sesión de canalizamiento en la que el guía encontró un velo negro y espeso alrededor de ella. Era lo que quedaba de esas entidades, de la brujería y de la maldición. Siempre hago una limpieza angelical al final de una terapia de liberación espiritual, pero en el caso de Helena parece que no fue suficiente, tal vez porque no había trabajado en su desarrollo espiritual. El velo fue despejado de la misma manera que el de Bessy y Helena se sintió mejor durante los siguientes 6 meses. Sin embargo, tuvo que volver por algunos nuevos problemas que habían surgido. Su karma era bastante malo y tenía muchos enemigos. Estuvimos muy cerca de resolver todos sus problemas, pero se dio por vencida y no se hizo la recuperación de alma.

Jorgia, de 34 años, fue uno de muchos casos similares que tuvimos. Tuvo un matrimonio fallido con Jorge con el que tuvo un hijo. Estaba desconcertada por el comportamiento de su nuevo novio, Nikos. Estaba casado con una mujer que no amaba y también tenía un hijo. No era feliz con su mujer, pero tampoco se decidía a divorciarse. En la sesión de hipnosis, Jorgia vio que Nikos tenía una forma mental enviada con brujería. Era obra del suegro de Nikos, para que su hija se casara con él. Lo consideraba como un buen partido para ella. La hija era indiferente, pero se casó con él. La guía de Jorgia le dijo que la brujería hizo que Nikos se casara con una chica cualquiera, alguien que no estaba en el plan de su alma conocer, pero a esa chica también la hicieron casarse con un chico cualquiera, Nikos. El plan era que los dos hijos tuviesen a Jorgia y Nikos como padres, pero como no se conocieron a tiempo, su alma eligió a un padre cada uno. Llamé a los ángeles rescatadores que se acercaron a Nikos, disiparon la forma mental y lo limpiaron. La brujería se rompió y ya era más fácil que Nikos diera el paso necesario para estar con Jorgia.

Los cordones umbilicales se dan mucho entre madres e hijos, cuando las madres son sobreprotectoras. Pero también pueden surgir entre otras personas, o los brujos los pueden crear. Vino a vernos Katia por su hija, Gabriela, de 27 años. Los padres de un chico le hicieron brujería y lograron que se casara con él. Gabriela se fue alejando de sus padres y cambió de personalidad. Se convirtió en una beata, se sometía a duros ayunos, renunció a su trabajo, se puso a enseñar catecismo, pintar íconos e ir a la iglesia a diario. La familia de su marido la manipuló para que retirara una gran cantidad de dinero de la cuenta bancaria de su familia y la usara para la boda y para amueblar su nuevo hogar. Después de la boda cortó todo contacto con sus padres. En la sesión de canalizamiento, el guía vio un demonio en la casa de esa familia, enviado por el brujo. La madre y la abuela del marido habían pedido esa brujería. Sus maridos y otras personas también estaban bajo su control mental. La religión era una tapadera para su actividad oscura. El brujo había creado un cordón umbilical entre el demonio y Gabriela, manteniéndola bajo su influencia. Estaba hipnotizada, pasiva y llena de miedo. El guía cortó el cordón umbilical y mi colaborador hizo unas meditaciones para asegurarse de que el demonio no volvería a crear el cordón. Al brujo se le impidió descubrir lo que había ocurrido y Gabriela empezó a despertar. Antes era una mujer dinámica con muchos intereses. Por eso contamos con que se rebelaría contra sus opresores. Sin embargo, no tuvimos más noticias de Katia.

En el Armagedón hemos encontrado también otras entidades. Una de ellas la creó el Primer elohae a propósito sin alma, al principio de la Creación, como experimento. Ese ser se puso a devorar almas, en su ansia de tener un alma propia y se hizo gigantesco. Se apoderó de la Tierra, colocándose alrededor de ella. Es el famoso Uróboros, la serpiente que se muerde la cola. Los que se suicidan o mueren con eutanasia pierden el alma y se la lleva el Uróboros. Pierden también la conciencia y se fusionan con él. Lo mismo pasó a las almas de los vacunados durante el primer año de la vacunación contra el coronavirus. 

Los brujos y chamanes antiguos crearon otras entidades desalmadas y muchas tribus indígenas las adoraban como dioses. Estas entidades pueden nacer como humanos, usando  parte de su conciencia. A esos humanos no se les puede reconocer, pues son muy buenos actores y nos dicen lo que queremos oír. A veces nos sorprenden con su audacia repentina, pero la tapan en seguida con una buena explicación y hasta que no nos estafen creemos que se trata de personas muy luminosas.

Los Metatrones nacen de la energía de tortura y sufrimiento de los niños. Varios miembros de la élite y ciertos rabinos se dedican a hacer rituales satanistas de este tipo. Con esos rituales fabrican adrenocromo. Esta sustancia les permite mantenerse jóvenes. Los Metatrones también pueden nacer como humanos. Estas personas torturan emocionalmente e incluso físicamente a los demás. Cogen energía de nuestros altibajos emocionales. La única manera de no convertirse en su víctima es cortar todo contacto con ellos.

Las sombras, que son universos enteros, son también entidades desalmadas, pero se merecen un artículo aparte.