Aunque la iglesia condena el suicidio, la hipnosis y los canalizamientos han mostrado que el suicidio implica varias cosas muy distintas entre sí. No existe un castigo al otro lado para los que han querido poner un fin a su vida, pero muchas veces el que se suicida se entrega a un demonio y no va a la luz. Muchos se convierten incluso en almas covid.