Las almas suelen nacer por primera vez como plantas, luego como animales y cuando están listas se encarnan como humanos. El último paso antes de eso suele ser una encarnación como mascotas. Pero nuestras mascotas son más que meros animales de compañía. Casi siempre han estado con nosotros como seres humanos en una vida pasada, suelen estar en nuestro grupo de almas e incluso pueden convertirse en nuestros guías espirituales.